Servicios públicos, EPC y organizaciones gubernamentales en la era de crisis medioambiental

El mundo se enfrenta a una crisis medioambiental sin precedentes, con las consecuencias de las actividades humanas cada vez más evidentes. Además, el impacto medioambiental global no se limita a una sola industria o sector, sino que afecta a diversas industrias, incluidas las empresas de servicios públicos, las de EPC (Ingeniería, Aprovisionamiento y Construcción) y los gobiernos. En este artículo exploraremos las implicaciones de la destrucción medioambiental en estos sectores y debatiremos la urgente necesidad de adoptar prácticas sostenibles para mitigar sus efectos.

 

Impacto medioambiental en los servicios públicos

 

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Cambio climático y producción de energía

El sector de la energía, en particular las empresas de servicios públicos, desempeña un papel importante en la contribución al impacto medioambiental global. La generación de electricidad a partir de combustibles fósiles es una de las principales fuentes de emisión de gases de efecto invernadero, que provocan el cambio climático. La combustión de carbón, petróleo y gas libera dióxido de carbono (CO2) y otros contaminantes nocivos que atrapan el calor en la atmósfera, provocando un aumento en la temperatura global.

Según estudios recientes, las olas de calor y las sequías han provocado una disminución significativa de la producción hidroeléctrica, que representa aproximadamente el 16% de la generación mundial de electricidad. Además, la creciente frecuencia e intensidad de tormentas y huracanes amenazan considerablemente las plataformas petrolíferas y de gas en alta mar, interrumpiendo la producción de combustibles fósiles. Además, el aumento del nivel del mar pone en peligro las infraestructuras costeras, incluidas las centrales eléctricas y las subestaciones, amplificando la vulnerabilidad de los sistemas energéticos.

Estos impactos no sólo dificultan la producción de energía, sino que también plantean riesgos económicos y una posible escasez de energía, lo que pone énfasis en la urgente necesidad de alternativas sostenibles y resilientes en combinación con diversas formas de proteger las infraestructuras actuales frente al cambio climático. Por ejemplo, el uso de barreras de protección contra las inundaciones es crucial para salvaguardar las infraestructuras costeras, incluidas las centrales eléctricas y las subestaciones, frente a los devastadores efectos de las inundaciones provocadas por el cambio climático. Estas barreras, normalmente muros de contención o rompeolas, proporcionan una barrera física entre el aumento del nivel de agua y los componentes críticos de la infraestructura. Al bloquear o redirigir eficazmente el flujo de la inundación, estas barreras evitan o minimizan la infiltración de agua en las centrales eléctricas y subestaciones, mitigando el riesgo de daños graves a los equipos y sistemas eléctricos. Contribuyen a mantener la integridad operativa de las instalaciones de generación de energía y garantizan un suministro eléctrico ininterrumpido, vital para el sustento de las comunidades e industrias de las zonas costeras. Además, las barreras de protección contra inundaciones mejoran la resistencia de las infraestructuras costeras frente a las marejadas ciclónicas y las inundaciones causadas por las mareas, reduciendo la posibilidad de interrupciones a largo plazo, reparaciones costosas y largos periodos de inactividad.

 

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Transición hacia las energías renovables

Para combatir el cambio climático, las empresas de servicios públicos se están pasando gradualmente a fuentes de energía renovables como la solar, la eólica, la hidráulica y la geotérmica. Según un estudio reciente, el sector mundial de las energías renovables representará el 26,2% de la generación total de electricidad en 2020, lo que demuestra su rápido crecimiento y potencial. Sin embargo, hay retos que superar. La Agencia Internacional de la Energía (AIE) informó que, en 2020, las emisiones mundiales de CO2 derivadas del uso de la energía se mantuvieron relativamente estables a pesar de la pandemia, lo que destaca la necesidad de una adopción más rápida de las energías renovables. Además, un análisis reveló que únicamente el 8,2% de las inversiones mundiales en materia de energía se destinaban a las energías renovables, lo que indica la necesidad de compromisos financieros más importantes.

Aunque todo el mundo está de acuerdo sobre el impacto de esta transición, la realidad es que plantea retos de infraestructura, escalabilidad e intermitencia. Las soluciones de almacenamiento de energía y la modernización de la red se convierten en elementos cruciales para que las empresas de servicios públicos garanticen un suministro energético estable y sostenible. Por ejemplo, un bypass alternativo es una forma probada de modernizar y asegurar la continuidad del suministro energético. La finalidad de un bypass es proporcionar una vía alternativa para el flujo de energía eléctrica cuando es necesario mejorar o reparar la infraestructura existente. Los métodos tradicionales de modernización de infraestructuras eléctricas suelen implicar el corte del suministro eléctrico a una zona o sección específica, lo que causa importantes trastornos a los clientes que dependen de la electricidad. Para ayudar en esta tarea, las torres de emergencia son estructuras especializadas que se despliegan durante dichas mejoras o reparaciones. Estas torres transportan las líneas de transmisión eléctrica y garantizan un flujo continuo de electricidad a los clientes mientras se trabaja en la infraestructura primaria.

 

Impacto medioambiental en las empresas EPC

 

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Prácticas de construcción sostenible

Las empresas de EPC que participan en proyectos de infraestructuras a gran escala contribuyen significativamente al impacto medioambiental. Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, el sector de la construcción consume casi el 40% de la energía mundial y es responsable del 36% de las emisiones mundiales de CO2. Además, se calcula que para 2060 la superficie urbana edificada se habrá duplicado, lo que evidencia la urgente necesidad de adoptar prácticas de construcción sostenibles para minimizar el agotamiento de los recursos, la generación de residuos y la huella de carbono.

La integración de prácticas de construcción sostenible ofrece numerosas ventajas a las empresas de EPC que operan en tiempos del cambio climático:

  1. Tales prácticas pueden reducir significativamente el consumo de energía y los costes operativos. Por ejemplo, la incorporación de sistemas energéticamente eficientes, como los diseños de edificios ecológicos, puede suponer hasta un 30% de ahorro energético en los edificios, según la Agencia Internacional de la Energía.
  2. Las prácticas de construcción sostenible se ajustan a la evolución de las demandas del mercado y los requisitos normativos. Cada vez más, los gobiernos están implementando estrictas regulaciones ambientales y certificaciones de construcción verde, haciendo que las prácticas de construcción sostenible sean esenciales para que las empresas EPC sigan siendo competitivas.
  3. La adopción de prácticas sostenibles mejora la reputación de una empresa, atrae a clientes concienciados con el medio ambiente y fomenta las relaciones a largo plazo en una era en la que la sostenibilidad es una consideración clave para las partes interesadas.

 

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Tecnologías ecológicas e innovación

Las empresas de EPC pueden impulsar el cambio adoptando tecnologías ecológicas e innovación. En los últimos años se ha producido un auge significativo de las tecnologías ecológicas y la innovación en el sector EPC. La energía fotovoltaica integrada en edificios (BIPV) está ganando terreno, con un valor de mercado mundial previsto de más de 32.000 millones de dólares para 2024. Estos sistemas de generación de energía solar se integran perfectamente en los materiales de construcción, como ventanas, paredes y tejados, con un doble propósito de producción de energía y funcionalidad estructural. Los diseños de edificios energéticamente eficientes, como los sistemas pasivos de refrigeración y calefacción, también se han convertido en parte integrante de los proyectos EPC.

Las empresas de EPC pueden reducir significativamente el consumo de energía y las emisiones de carbono integrando soluciones innovadoras como aislamiento avanzado, sistemas inteligentes de gestión de la energía y generación de energías renovables. Estas iniciativas están en consonancia con los objetivos de sostenibilidad y ofrecen importantes beneficios económicos, ya que los edificios energéticamente eficientes pueden ahorrar hasta un 50 % en gastos energéticos.

La adopción de tecnologías ecológicas e innovación por parte de las empresas de EPC cataliza el cambio positivo, impulsando la transición hacia un futuro resiliente y con bajas emisiones de carbono.

 

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Resistencia y adaptación al cambio climático

La resistencia y la adaptación al cambio climático se han convertido en consideraciones cruciales para las empresas de ingeniería, adquisiciones y construcción (EPC) en el cambiante mundo actual. A medida que se intensifica el cambio climático, fenómenos meteorológicos extremos como huracanes, inundaciones y olas de calor son cada vez más frecuentes y graves, lo que plantea riesgos significativos para los proyectos de infraestructuras. Las empresas de EPC deben incorporar estrategias de resistencia y adaptación al clima en sus proyectos para garantizar la viabilidad a largo plazo y minimizar los posibles daños e interrupciones costosas.

Las estadísticas destacan la urgencia y la importancia de la resistencia y la adaptación climáticas para las empresas de EPC. Según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), las pérdidas económicas mundiales por catástrofes naturales han aumentado un 151% en los últimos 20 años, y los fenómenos relacionados con el clima representan una parte significativa de estas pérdidas. Además, un reciente estudio del Banco Mundial estima que el cambio climático podría sumir en la pobreza a más de 100 millones de personas de aquí a 2030 si no se adoptan medidas de adaptación adecuadas. Estas estadísticas evidencian la necesidad crítica de que las empresas de EPC den prioridad a la resiliencia climática y la adaptación en sus procesos de planificación y ejecución de proyectos para proteger a las comunidades, las infraestructuras y la economía en su conjunto. Mediante la integración de un diseño resistente al clima, la incorporación de soluciones basadas en la naturaleza y el aprovechamiento de tecnologías innovadoras, las empresas de EPC pueden garantizar que sus proyectos resistan los impactos del cambio climático y contribuyan a un futuro más sostenible y resistente.

 

Impacto medioambiental en el Gobierno

 

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Política y reglamentación

La disminución de los recursos naturales, la contaminación y el cambio climático plantean importantes retos a los gobiernos de todo el mundo. Según un estudio reciente, el coste global de los daños medioambientales asciende a la asombrosa cifra de 4,7 billones de dólares anuales, equivalente al 6,2% del PIB mundial. Esta cifra incluye los gastos derivados de la contaminación del aire y el agua, la deforestación y los efectos nocivos para la salud de la población. La carga recae en gran medida sobre los gobiernos, ya que son los responsables de abordar estas cuestiones, proteger a sus ciudadanos y garantizar la sostenibilidad de sus economías. El impacto medioambiental no sólo afecta a la salud y el bienestar de las personas, sino que también tiene consecuencias de largo alcance en la estabilidad social, económica y política de las naciones.

Ante estos retos, nunca será suficiente insistir en la importancia de unas políticas y normativas medioambientales sólidas. Las políticas son cruciales para orientar y dirigir las actividades humanas hacia prácticas sostenibles y minimizar los daños medioambientales. Proporcionan un marco para que las industrias adopten tecnologías más limpias, reduzcan las emisiones y conserven los recursos. Sin una normativa adecuada, las industrias dan prioridad a los beneficios a corto plazo frente a la sostenibilidad medioambiental a largo plazo.

Unas políticas y normativas eficaces son esenciales para incentivar las prácticas sostenibles, promover las energías renovables, fomentar los modelos de economía circular y garantizar la preservación de los ecosistemas. Sirven como una poderosa herramienta para que los gobiernos creen un futuro más verde y saludable para sus ciudadanos, al tiempo que mitigan el impacto medioambiental en sus sociedades.

 

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Administración y responsabilidad medioambiental

La gestión medioambiental y la rendición de cuentas son cruciales para hacer frente a los urgentes retos de nuestro planeta. Con la creciente crisis climática mundial, establecer sistemas sólidos que garanticen prácticas medioambientales responsables es más crítico que nunca. Según estudios recientes, más del 80% de la población mundial está expuesta a niveles peligrosos de contaminación atmosférica.

Al exigir a los gobiernos, las empresas y los particulares que rindan cuentas de sus acciones medioambientales, podemos impulsar un cambio positivo y salvaguardar el futuro de nuestro planeta.

Las alarmantes estadísticas destacan la necesidad de asumir responsabilidades medioambientales. Se calcula que cada año llegan a los océanos unos 8 millones de toneladas métricas de residuos plásticos, lo que supone una grave amenaza para la vida marina. Además, los índices de deforestación siguen siendo alarmantes, con una pérdida anual estimada de 18 millones de acres de bosque, lo que agrava el cambio climático y la pérdida de biodiversidad. La rendición de cuentas medioambiental garantiza que las partes responsables respondan de sus actos, animándolas a adoptar prácticas respetuosas con el medio ambiente e invertir en soluciones sostenibles. Fortaleciendo los mecanismos de gestión medioambiental y fomentando la rendición de cuentas, podemos aspirar a un futuro más sostenible y resiliente para las generaciones futuras.

 

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Es un reto que tenemos que afrontar

El impacto medioambiental mundial plantea importantes retos a las empresas de servicios públicos, las empresas de EPC y los gobiernos. Sin embargo, también presenta una oportunidad para la innovación, la colaboración y la adopción de prácticas sostenibles. Mediante la transición a las energías renovables, la adopción de métodos de construcción respetuosos con el medio ambiente, el diseño de infraestructuras resistentes y la formulación de políticas eficaces, estas industrias pueden mitigar su huella medioambiental y contribuir a un futuro más sostenible. Reconocer la interconexión de los retos medioambientales globales y trabajar juntos hacia objetivos compartidos será crucial para lograr la sostenibilidad medioambiental a largo plazo.

En SBB creemos que, aprovechando nuestra experiencia en la tecnología del aluminio, podemos desarrollar productos y servicios que satisfagan las necesidades específicas de nuestros clientes y contribuyan a un futuro más ecológico. Nuestro enfoque proactivo garantiza que nuestras ofertas se ajusten a las normas y reglamentos medioambientales en constante evolución, permitiendo a nuestros clientes alcanzar sus objetivos de sostenibilidad al mismo tiempo que gestionan eficazmente sus operaciones.

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